Sacyr completa la duplicación y ampliación de la Ruta PY02, autovía estratégica para la movilidad este-oeste en Paraguay
Fotos. Rutas del Este, MOPC.
Paraguay ha dado un paso importante en la modernización de su deficiente red vial con la puesta en servicio completa de la nueva Ruta PY02, autovía de peaje de casi 150 km de longitud que constituye la parte central del principal corredor este-oeste del país sudamericano. La nueva ruta se ha construido mediante la duplicación y ampliación de dos carreteras existentes, de forma análoga a las autovías de primera generación en España, y ha introducido elevados estándares en el diseño y construcción de la infraestructura. Este estratégico proyecto vial, el más costoso en la historia del país, es el primero ejecutado bajo la Ley de Alianza Público Privada (APP). La obra ha sido ejecutada por un consorcio liderado por Sacyr, que también se encargará de la explotación de la ruta durante tres décadas.
En qué consiste
La ampliación y duplicación de la Ruta PY02 es el primer proyecto vial que se ejecuta bajo la modalidad de la Ley de Alianza Público Privada (APP) en Paraguay. Contempla el diseño, financiación, construcción, mantenimiento y operación durante 30 años de 149,5 kilómetros de las rutas nacionales nº 2 (Mariscal José Félix Estigarribia, desde Ypacaraí hasta Caaguazú) y nº 7 (Doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, desde Caaguazú hasta el inicio de la concesión Tape Porá), incluidas cuatro variantes de población, y su conversión en la nueva Ruta PY02.
Estas dos rutas forman parte de un corredor de unos 330 kilómetros que atraviesa el sur de Paraguay de este a oeste, conectando la capital Asunción con Ciudad del Este, las dos principales urbes del país, a través de los departamentos Central, Cordillera y Caaguazú. Este gran eje, junto al cual se concentra el 65% de la población, está integrado por tres tramos: al este, la concesión Tape Porá (140 km, en operación desde 2019), en el centro, el tramo ahora duplicado (149,5 km), y al oeste, el tramo Asunción-Ypacaraí (40 km). La duplicación completa el primer corredor de gran capacidad de Paraguay y principal vía de exportación al vecino Brasil, por donde circula más del 60% de la actividad económica nacional. Tiene, por tanto, carácter estratégico para el país guaraní.
Beneficios de la duplicación
La conversión de las antiguas rutas nacionales en un corredor de gran capacidad aporta importantes beneficios a los más de 30.000 vehículos que la utilizan diariamente, además de haber generado miles de puestos de trabajo durante su construcción. Por una parte, reduce considerablemente los tiempos de viaje entre Asunción y Ciudad del Este, al pasar de 2 horas y 43 minutos en 2017 a 1 hora y 29 minutos en julio de 2023, es decir, un ahorro de 1 hora y 14 minutos (un 46% menos), según datos oficiales. El nuevo tiempo de viaje supone una mejora evidente para el transporte de personas y mercancías, que fomenta el desarrollo económico del país y reduce los costes de la logística. También se reducen los gastos de combustible y de mantenimiento de los vehículos. Desde el punto de vista ambiental, con la nueva ruta se limitan las emisiones contaminantes a la atmósfera en aquellas ciudades donde se han construido variantes.
Por otra parte, la implantación de una infraestructura de gran capacidad con elevados estándares de calidad optimiza el nivel de servicio y refuerza la seguridad vial, lo que se traducirá en la disminución del número de accidentes de tráfico, una de las lacras del país. También se mejora el confort de la conducción a lo largo del nuevo corredor.
Para Paraguay, disponer de una autovía de altas prestaciones como la nueva PY02 es un paso importante en la modernización de la infraestructura viaria nacional, dotada en la actualidad de pocos kilómetros de gran capacidad. El éxito de este proyecto APP puede abrir la puerta a nuevas iniciativas para ampliar la red de autovías; de hecho, ya están en marcha iniciativas públicas para duplicar tramos de las rutas nacionales PY01 y PY06.
El concesionario
La concesión, impulsada por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) de Paraguay, fue adjudicada en octubre de 2016 al consorcio Rutas del Este SA, único ofertante presentado. El consorcio lo formaban la española Sacyr Concesiones (60%), la portuguesa Mota Engil (20%) y la paraguaya Ocho A (20%), aunque poco después la empresa lusa abandonó el consorcio y transfirió sus acciones a la constructora paraguaya. De esta forma, Rutas del Este quedó definitivamente formado por Sacyr Concesiones (60%) y Ocho A (40%). El contrato se firmó el 14 de marzo de 2017, dando inicio al periodo de concesión de 30 años, que se extenderá hasta el 14 de marzo de 2047.
El plazo de ejecución de las obras se fijó en 30 meses, más seis meses de pre-construcción, por lo que la fecha de entrega debía ser el 14 de marzo de 2020. Posteriormente, a raíz de la construcción del nuevo trazado de la variante de Itacurubí, el plazo se amplió hasta 40 meses, siendo la fecha de entrega definitiva de toda la ruta duplicada, según contrato, el 14 de enero de 2021. Nuevos retrasos han demorado la entrega completa hasta 2023.
El cierre financiero del proyecto se alcanzó en julio de 2019 –más de dos años después de la firma del contrato–, por un importe de 500 M$ (440 M€), con préstamos de bancos internacionales, entre ellos el Banco Interamericano de Desarrollo (BID Invest) y Goldman Sachs, y una aportación de 80 M$ (70 M€) del consorcio hispano-paraguayo.
Este cierre, garantía de la viabilidad del proyecto, fue aplazado en varias ocasiones por la demora de Rutas del Este en obtener la financiación para iniciar las obras. El MOPC, de hecho, otorgó al consorcio tres prórrogas. Como causa principal de la demora, el consorcio cita la incertidumbre sobre el plazo de entrega, por parte del Gobierno paraguayo, de los terrenos expropiados necesarios para la ejecución de las obras (una franja de 50 m para la ruta 2 y de 100 m para la ruta 7). También la existencia de modificaciones no previstas en el proyecto original. Estos retrasos se trasladaron al cronograma de puesta en operación de la PY02. Un acuerdo de noviembre de 2018 zanjó las controversias entre ambos actores y estableció un cronograma definitivo que allanó el camino para el cierre financiero, conseguido siete meses después del acuerdo, pero no evitó el retraso en la entrega de la infraestructura completa, aplazada primero a 2022 y finalmente a 2023.
El importe final se ha elevado hasta 550 M$ (500 M€) tras la aprobación de cuatro adendas, firmadas en 2019, 2020, 2022 y 2023, en concepto de obras complementarias (retornos, pasarelas, vías colectoras…) y de compensación al consorcio. La adenda 3, por importe de 27,8 M$, se refiere a los estudios y obras de la variante de Itacurubí de la Cordillera, cuyo trazado hubo que cambiar para no afectar a unos nacientes de agua.
Según cálculos de Sacyr, la concesión proporcionará a la compañía una cartera de ingresos de 1.470 M$ (unos 1.300 M€) por operar y mantener la ruta durante tres décadas.
El proyecto
El objetivo del proyecto de la PY02 ha sido ampliar la capacidad de las dos rutas nacionales, entre los kilómetros 40,5 y 183, para convertirlas en un corredor de gran capacidad, conectado en el este con la concesión Tape Porá, también de gran capacidad. Esta duplicación de una carretera guarda similitudes con la empleada con profusión en los años 80 y 90 del pasado siglo para construir las autovías de la red de gran capacidad española.
Antes de la duplicación de calzadas, la mayor parte de la ruta concesionada estaba formada por 2 carriles por sentido, de 3,25 m de ancho y arcenes exteriores e interiores de 2,5 m, con una anchura de plataforma total de 11 m. Es decir, una carretera convencional.
La duplicación ha consistido en la construcción de una segunda calzada paralela a la existente, incluyendo la adecuación de la primera calzada, para crear una nueva autovía. Esta actuación ha conformado una plataforma de 21 m de anchura, apta para 4 carriles (2 por sentido) de 3,5 m de ancho y arcenes exteriores e interiores de 2,5 m de ancho, separados en la mediana por barreras de tipo New Jersey. En el tramo 5.1, a lo largo de casi 20 km, la plataforma se ha ampliado a 27 m, con mediana de 6 m de ancho.
En el tramo urbano de Caaguazú (tramo 5.2), y a lo largo de unos 5 km, la plataforma se ha ensanchado aún más para dar cabida a dos calzadas con 3 carriles por sentido, separadas por una mediana con barrera New Jersey, además de tres nuevas glorietas para distribuir el tráfico, solución preferida por el consorcio a la del viaducto. En ambas márgenes del tronco de la autovía se han construido vías colectoras, con 2 carriles bidireccionales, que permiten independizar los tráficos locales de los de largo recorrido, veredas peatonales y carril bici. Siete pasarelas de hormigón armado con rampas de acceso que vuelan sobre la autovía garantizan la permeabilidad peatonal de este tramo urbano, que cuenta con iluminación. Otras pasarelas se han construido en algunos puntos de la ruta.
Además de duplicación de calzadas, en el trazado se han construido cuatro nuevas variantes de población (Caacupé, Itacurubí de la Cordillera, San José de los Arroyos y Coronel Oviedo), que evitan la travesía urbana y reducen los niveles de congestión y contaminación en esas poblaciones, mejorando los tiempos de viaje. Las variantes tienen una longitud total de 31,3 km, algo menos de la cuarta parte de la longitud concesionada. Esta actuación también es típica en la construcción de autovías en España
La nueva autovía PY02 no tiene control de accesos y su velocidad de proyecto es de 110 km /h, con limitaciones en zonas urbanas. Una vez puesta en servicio en su totalidad, el concesionario provee un servicio integral 24 horas al usuario, con vehículos de vigilancia supervisando cualquier incidencia en la vía, servicio de asistencia en ruta y un centro de control que gestiona los recursos y equipos de emergencia necesarios para terminar la incidencia. También se ocupa del mantenimiento preventivo y correctivo de la ruta durante el periodo de concesión.
Las obras
Los trabajos para conformar la nueva PY02 han sido ejecutados por el consorcio Rutas 2 y 7, formado por la española Sacyr Ingeniería e Infraestructuras (líder) y la paraguaya Ocho A. En la fase de diseño ha intervenido la consultora de ingeniería madrileña Typsa, contratada por el consorcio. Para las labores de construcción, el consorcio ha levantado dos plantas de asfalto, dos plantas de hormigón y otras dos de prefabricados, además de disponer de más de 500 máquinas de distinto tipo.
Para la ejecución del proyecto, el consorcio dividió el trazado en cinco tramos (Ypacaraí-Eusebio Ayala, Eusebio Ayala-San José de los Arroyos, San José de los Arroyos-Variante Coronel Oviedo, Variante Coronel Oviedo-Caaguazú y Caaguazú-Concesión Tape Porá). Estos, a su vez, se dividieron en 16 subtramos (incluido un subtramo 0 fuera del tramo concesionado y el denominado Ypacaraí Urbano), cada uno independiente de los otros.
El consorcio constructor inició las obras en agosto de 2019 en los tramos 3, 4 y 5, los más orientales del trazado. Con la nueva década las actuaciones se fueron extendiendo al resto del trazado (tramos 2 y 1), siendo la variante sur de Itacurubí de la Sierra –no incluida en el proyecto original por problemas ambientales– el último subtramo en comenzar las obras (abril de 2022). La extensión de los trabajos ha mantenido frentes de obra abiertos al mismo tiempo en buena parte del trazado durante los cuatro años que han durado las obras. Los subtramos de duplicación concluidos se han ido poniendo en servicio a medida que terminaban las obras en los mismos.
Hay que señalar que el trazado de la Ruta PY02 discurre por terrenos generalmente llanos y con algunas ondulaciones, sin obstáculos orográficos de importancia, siendo los ríos y las vías interceptadas las únicas dificultades geográficas a sortear. Apenas se ha necesitado ejecutar algún desmonte puntual, de escasa importancia, para construir el nuevo trazado. Sacyr calcula que el movimiento de tierras para ejecutar la duplicación de la ruta ha ascendido a 7,4 millones de metros cúbicos de material.
Entre las actuaciones principales destaca el acondicionamiento de la calzada existente a lo largo de todo el trazado, incluidas las zonas urbanas donde se han construido variantes y la propia zona urbana de Ypacaraí. En los tramos en campo abierto, estas actuaciones han comprendido el fresado de la antigua calzada y la construcción de un nuevo firme mediante el extendido de mezclas asfálticas. Las estructuras existentes en la antigua ruta han sido reacondicionadas e igualmente se ha redimensionado el sistema de drenaje. Las actuaciones de acondicionamiento se han completado con las obras complementarias (señalización horizontal y vertical, instalación de barreras de hormigón, barreras de protección…).
En la zona contigua de duplicación, los trabajos han sido de mayor entidad dado que han requerido un importante movimiento de tierras y la construcción de terraplenes para acomodar la nueva calzada. Sobre el terreno preparado se ha dispuesto un nuevo firme, formado por varias capas de mezclas asfálticas similar al dispuesto en la calzada acondicionada. En el capítulo estructural, se han ejecutado nuevos puentes en paralelo a los existentes en la antigua calzada, de escasa entidad y generalmente construidos a base de vigas de hormigón armado, así como pasos inferiores bajo la autovía para el cruce de vehículos y peatones, e incluso algunos muros. Las obras han incluido también la ejecución de un nuevo sistema de drenaje transversal y longitudinal (tubos de hormigón armado).
Probablemente la actuación más exigente ha sido la construcción de cuatro nuevas variantes, al implicar la ejecución de nuevos trazados sobre terrenos vírgenes, con una longitud conjunta de 31,3 km. En estas obras ha participado numerosa maquinaria para preparar el terreno y ejecutar terraplenes. Las cuatro variantes se han conectado a la antigua ruta mediante ocho intersecciones con tipología de glorieta a nivel, situados al principio y al final de cada variante. Una actuación similar se ha realizado en Eusebio Ayala. En estas variantes, además, se han ejecutado tres enlaces a distinto nivel: dos en Coronel Oviedo (tipología de glorieta inferior para conectar con la PY08 y tipología de diamante con paso inferior bajo la autovía en la calle Maristas) y otra en Caacupé (tipología de glorieta inferior, para conectar con la ruta Caacupé-Tobatí). En el resto del trazado se han ejecutado cuatro cruces a nivel: tres pasos inferiores en Caaguazú (dos) y San José de los Arroyos, (uno), y un paso superior en San José de los Arroyos.
Por otro lado, a lo largo del trazado se han ejecutado varios retornos para cambiar el sentido de la circulación, con sus correspondientes carriles de aceleración y deceleración, así como un tercer carril para vehículos lentos en zonas en pendiente. También se ha ejecutado un lecho de frenado de 180 m de longitud en la bajada del cerro Caacupé, infraestructura pionera en el país que servirá de auxilio para casos de emergencia a vehículos de gran porte tengan problemas con su sistema de frenos. Asimismo, se han construido dos áreas de servicio para los vendedores que tenían sus negocios a pie de carretera.
La nueva ruta PY02 es una autovía de peaje. Los puestos de Ypacaraí, al principio del tramo, y de Nuevo Londres, cerca de Coronel Oviedo, a cargo de Rutas del Este, son los encargados del cobro de los peajes en los 149,5 km de tramo concesionado. El pasado 30 de julio, el concesionario realizó una importante subida del precio del peaje en el puesto de Ypacaraí, una vez terminadas la mayor parte de las obras de duplicación, lo que provocó las protestas del gremio de transportistas y cortes en la vía.
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