La estrategia del Grupo Fomento para combatir el cambio climático en España

 

Dic 2019 (Publicado en la Revista del Ministerio de Fomento)

 

El Ministerio de Fomento trabaja en la puesta en marcha de una estrategia de movilidad sostenible que debe actuar como palanca para avanzar en la transición ecológica del transporte, responsable del 27% de los gases de efecto invernadero en España. La estrategia establece medidas de reducción de emisiones contaminantes y eficiencia energética en todos los modos de transporte, algunas de ellas ya en marcha. Esta nueva movilidad es una de las aportaciones españolas a la lucha global contra el cambio climático, cuyas estrategias se han debatido en la cumbre anual del clima de la ONU (COP25) celebrada en diciembre en Madrid.

El Gobierno español, anfitrión de la COP25, ha reforzado sus compromisos de reducción de emisiones de gases contaminantes fijados en el Acuerdo de París para dar respuesta a la actual emergencia climática, contribuir a alcanzar los objetivos de la ONU y la UE en 2030 y avanzar hacia una economía neutral en carbono en 2050. Buena parte de la cuota nacional de reducción recaerá en el transporte, principal emisor de gases de efecto invernadero (el principal es el dióxido de carbono, en su mayor parte causado por el tráfico), que supone el 27% del total de emisiones en España y el 40% del consumo de energía, y en menor medida en la vivienda, que representa el 9% de las emisiones y el 30% del consumo, dos sectores sobre los que el Ministerio de Fomento tiene competencia. Por su magnitud, el gran reto es el primero. “Si no conseguimos reducir las emisiones del transporte, no será posible alcanzar los objetivos climáticos a los que se compromete España”, dijo el ministro de Fomento en funciones en la cumbre.

Para hacer frente al desafío climático, convertido ya en un asunto de Estado, el Ministerio de Fomento trabaja en una nueva estrategia para combatir la emergencia climática e impulsar la transición ecológica del sistema de transporte hacia un modelo descarbonizado. Se trata de la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada, iniciativa alineada con otras estrategias ministeriales (Agenda Urbana Española y Marco Estratégico de Energía y Clima) y con los objetivos del marco internacional (Acuerdo de París, Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y objetivos de la UE), que integrará y dará sentido a todas las políticas de movilidad y transporte en España, sirviendo de guía para las Administraciones públicas y las empresas. El objetivo de la estrategia, que plantea cambios profundos en una movilidad creciente, es reducir en casi un tercio las emisiones del sector hasta 2030, según avanzó el ministro en la cumbre.

La nueva estrategia parte de una concepción transversal de la movilidad y se apoya en pilares como seguridad, reducción de emisiones, eficiencia energética, energías renovables y digitalización, incorporando también políticas de desarrollo urbano y las aportaciones de la geoinformación a la toma de decisiones sobre mitigación y adaptación al cambio climático. Esta estrategia involucra a todas las empresas adscritas al Grupo Fomento y traza las grandes líneas de actuación a desarrollar en el sistema de transporte español para tender hacia una movilidad de bajas emisiones. Estas líneas de actuación, que incluyen medidas ya en fase de implementación, son las siguientes:

Gestión eficiente de sistemas y medios de transporte

Esta línea busca elevar la eficacia y eficiencia del transporte y promover los modos más sostenibles, así como el control de sus consumos, con objeto de mejorar la eficiencia energética del transporte un 20% en 2020. Para ello, contempla distintos programas.

En el modo ferroviario, se promueve la instalación de sistemas telemáticos de medición y control de la energía que aporten información para el ahorro y aprovechamiento de energía, entre ellos la red inteligente Smart Grid que Adif implantará en siete corredores AVE (inversión de 7,3 M€, con plazo hasta septiembre de 2022) y luego en la red convencional. Otras medidas son la futura plataforma de gestión energética para la operación ferroviaria (gestionará los sistemas energéticos a bordo del tren y de forma remota los dispositivos de control de la demanda en estaciones y talleres, 1,2 M€), la instalación de medidores en trenes y edificios para controlar los consumos (35,9 M€) y la telegestión para el suministro de combustible de tracción, ya operativa. Un segundo programa prevé distintas medidas de gestión, entre ellas auditorías energéticas cada cuatro años, la facturación de energía eléctrica de tracción por consumo real, la compensación por retorno a la red de la energía generada por el freno regenerativo del tren y otras medidas técnicas, con una inversión conjunta de 19,7 M€. El tercer programa fomenta la eficiencia en los trenes para reducir el consumo por unidad transportada, con proyectos en curso sobre energía de tracción y la utilizada por los sistemas del tren (32 M€, con plazo hasta 2025). El cuarto programa procura la eficiencia en la infraestructura, con una actuación principal: las subestaciones reversibles en corriente continua, proyecto de Adif que devuelve a la red la energía generada por el frenado regenerativo; se implantará en 12 subestaciones (26 M€). Un quinto programa promueve la eficiencia energética en las instalaciones logísticas.

En el modo aéreo, Adif participa en dos iniciativas del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) para limitar las emisiones de su actividad: el programa Airport Carbon Accreditation, que evalúa los esfuerzos de reducción de emisiones aeroportuarias de CO2, con ocho aeropuertos (el 70% de la red) adheridos y la meta de lograr en 2030 la neutralidad en carbono de los dos principales (Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat); y la iniciativa NetZero2050, cuyo fin es alcanzar cero emisiones de carbono en todos sus aeropuertos en 2050. Y en el modo viario, la estrategia está implantando medidas para mejorar la eficiencia en el transporte interurbano de viajeros por carretera, entre ellas un registro telemático de datos de expediciones (aplicación informática obligada que aporta datos de explotación para la mejora de la gestión) y la inclusión en los pliegos de renovación de las concesiones tanto de criterios para impulsar la sostenibilidad y la eficiencia energética como de medidas que promuevan el uso de medios de transporte colectivo a través de la intermodalidad y la conectividad.

La estrategia, además, proyecta mejorar la eficiencia en la adaptación de las carreteras el cambio climático. Para ello se apoyará en los trabajos que el Cedex realiza para el proyecto Clarity, iniciativa financiada por la UE que, con el respaldo de tecnologías de la información, ofrecerá servicios climáticos para evaluar la gestión de riesgos en la planificación de carreteras, mejorar su resiliencia y planificar su conservación. El proyecto, que finalizará en mayo, prevé cuatro pilotos, uno de ellos en la autovía A-2. Otra iniciativa en una línea similar es el proyecto InfraAdapt sobre empleo de metodología BIM para optimizar el mantenimiento predictivo de las carreteras y elevar su resiliencia, en el que participa Ineco. En este ámbito, además, la Dirección General de Carreteras está aplicando criterios de eficiencia energética en los sistemas de iluminación de la red, usando equipos led e incluso sistemas fotovoltaicos.

Fomento de fuentes de energía alternativa y sostenible

El objetivo de esta línea es promover el uso de fuentes de energías alternativas y sostenibles para el transporte en sustitución de las energías procedentes de la quema de combustibles fósiles, grandes responsables de la emisión de gases de efecto invernadero. Varias medidas de esta línea, previstas en los planes estratégicos de empresas, entidades y organismos del Grupo Fomento, está en pleno desarrollo.

En el modo ferroviario, la medida de descarbonización de mayor impacto es la compra por Adif de energía eléctrica verde, de origen renovable, que supone casi el 75% del total consumido por el sistema ferroviario. Con esta medida se obtendrá un ahorro anual de 640.000 toneladas de CO2eq, que se elevará a medida que se electrifiquen más líneas (actualmente hay más de 1.100 kilómetros en marcha). Esto supondrá una reducción de emisiones indirectas por consumo de energía eléctrica de origen renovable de 7,7 millones de toneladas de CO2eq acumuladas en 2020. Otra medida sobre energías alternativas es la introducción de la electromovilidad en las estaciones a través del proyecto Ecomilla, iniciativa de Adif consistente en un sistema de recarga rápida de vehículos eléctricos (ferrolinera) con energía procedente de las subestaciones eléctricas que alimentan la catenaria, y que más adelante procederá de la tracción y frenado de los trenes; ya está desplegada en las terminales de Málaga y Santander.

En el modo aéreo hay varios programas de energías renovables en curso, algunos de perfil similar a los del modo ferroviario. Así, el 100% de la energía contratada por Enaire es de origen renovable, lo que ha supuesto un ahorro desde 2015 de 66.000 toneladas de CO2 equivalente. Por su parte, Aena instalará 2.700 puntos de recarga eléctrica de vehículos en sus aeropuertos (un punto por cada 40 plazas) y 470 puntos fijos de suministro de electricidad para aeronaves estacionadas (hoy son 434), que evitarán el uso de las contaminantes unidades auxiliares de los aviones en tierra, en ambos casos en el horizonte de 2030. Además, tanto Aena como Enaire desarrollan sendos planes fotovoltaicos: el más ambicioso es el del gestor, que aportará el 70% de autoabastecimiento de la red aeroportuaria con energía solar, evitando la emisión de 167.000 toneladas de CO2, lo que situaría a la compañía como líder europea en este ámbito; el primer paso es la planta solar fotovoltaica de Barajas, cuya obra se inició en agosto, a la que seguirán plantas en ocho aeropuertos. Y el del proveedor de servicios aeronáuticos implantará 24 instalaciones fotovoltaicas en sus centros de control, que aportarán un autoconsumo de 3 GWh anuales. Ambas también disponen en sus centros de otras instalaciones de energía renovable para autoconsumo (eólica, solar térmica, geotérmica, fotovoltaica…). Otros programas en curso investigan el desarrollo de biocombustibles de aviación para reducir las emisiones, entre ellos los proyectos de Aesa con residuos urbanos y de Aena con microalgas.

En el modo vial se está desarrollando el despliegue de infraestructuras para el suministro de energía alternativa, clave para la introducción del vehículo del futuro (eléctrico, autónomo, conectado y compartido). A finales de 2018 había en España 70 estaciones de servicio con suministro de gas natural, 636 de gases licuados del petróleo y cuatro de hidrógeno, destinados al transporte por carretera, así como 3.100 estaciones para la recarga pública del vehículo eléctrico. El objetivo a corto y medio plazo es aumentar los puntos de repostaje para estos combustibles alternativos, sobre todo la electricidad, ya que las previsiones apuntan que España tendrá una flota de 5 millones de vehículos eléctricos en 2030. En este sentido, la Dirección General de Carreteras ha modificado una orden para facilitar la instalación de electrolineras en la red estatal.

En fase aún incipiente avanzan los programas para introducir en el transporte marítimo dos combustibles sostenibles (gas natural licuado o GNL y electricidad) que sustituyan a medio plazo al fuelóleo y gasóleo marinos, responsables de las emisiones en el mar y en los puertos. En el caso del GNL, empleado para la navegación, varios puertos han adaptado o adaptan sus infraestructuras y plataformas para suministrar este combustible a buques, con 58 operaciones realizadas en 2018. El objetivo es suministrar GNL en los puertos marítimos en 2025. En el caso de la electricidad, combustible asociado a las escalas en puerto y a su uso en sustitución de los motores auxiliares, se han adaptado los muelles de puertos de cinco Autoridades Portuarias para propiciar la acometida a la red eléctrica y el suministro, en el marco del proyecto OPS Master Plan for Spanish Ports, de Puertos del Estado. En tres puertos de la Autoridad Portuaria de Tenerife se otorgan subvenciones a ferries y buques de Sasemar por emisiones evitadas al apagar sus motores auxiliares y conectarse a la red eléctrica durante el atraque.

Promoción de medios de transporte de bajas emisiones

La finalidad de esta línea es reducir la contaminación atmosférica del transporte a través de una renovación de los medios de transporte que incorpore tecnologías de tracción más eficientes y de bajas emisiones y que disminuya la edad del parque móvil.

En conexión con esta línea, el ministerio promueve el uso del ferrocarril como eje de la nueva estrategia de movilidad por su ventaja implícita de sostenibilidad (es el modo que genera menos emisiones) y lo potenciará con varias medidas (puesta en valor del activo ferroviario, finalización de corredores, fomento de la intermodalidad…) para impulsar un cambio modal que permita el trasvase de pasajeros y mercancías al modo ferroviario desde los modos más contaminantes, sobre todo la carretera. Una de las palancas de este cambio modal es la liberalización del transporte de pasajeros, prevista para 2020, que lleva aparejado el nuevo AVE de bajo coste (AVLO).

En esta línea de actuación, ya está en marcha el programa estrella del modo ferroviario: el macroplan de compra de material rodante de Renfe, que renovará cerca del 50% del parque de trenes para transporte público por 3.000 M€. En las distintas licitaciones (en total 350 unidades, de Cercanías y Media Distancia), la operadora ha establecido cómo deben ser estos trenes: de tracción eléctrica o híbridos (estos suman 66 unidades), con sistemas de medición de energía y de conducción eficiente, concebidos para aprovechar la energía de frenado, dotados de sistemas inteligentes de climatización e iluminación, respetuosos con el entorno y con alta reciclabilidad. Es decir, trenes con una huella de carbono muy baja y de gran eficiencia energética. Otro programa notable son los proyectos de trenes propulsados por energías alternativas, como gas natural licuado o GNL (hay dos pilotos en marcha: uno en Asturias con un tren de vía estrecha de Cercanías, extensible a cuatro trenes más para operar la línea Caudal-Figaredo, y otro en Tarragona para adaptar una locomotora diésel de mercancías a GNL) y pila de hidrógeno (modernización de un tranvía eléctrico con tracción a baterías y pila de combustible de hidrógeno).

En el modo aéreo, la estrategia establece dos programas. Por un lado, la penetración de vehículos, maquinaria y equipos de bajas emisiones en los centros de Enaire (desde 2017 ha adquirido 25 vehículos híbridos y eléctricos e implantado puntos de recarga eléctricos en sus cinco regiones) y en los aeropuertos de Aena (nuevos requisitos para reducir emisiones en las licencias de actividad del handling, actividad contaminante). Y por otro, el fomento de la intermodalidad y la accesibilidad en los aeropuertos, a través de planes de movilidad que integren las infraestructuras de acceso y transporte de las ciudades con las del aeropuerto. En el modo viario, se propone la introducción de vehículos ecológicos en la conservación de la red estatal de carreteras, un criterio de adjudicación ya presente en los pliegos de los contratos de conservación y explotación.

Y en el modo portuario, se apuesta por el fomento de las autopistas del mar como alternativa menos contaminante al transporte por carretera, más aún a tenor de la normativa que desde enero de 2020 limita el contenido de azufre del combustible de los buques que hacen escala en puerto. En este sentido, el proyecto europeo Med Atlantic Eco Bonus, coordinado por Puertos del Estado, aplicará incentivos a oferentes y demandantes de servicios de transporte que utilicen las autopistas del mar. Además, las Autoridades Portuarias establecerán nuevos requisitos ambientales en los pliegos reguladores de servicios para naves, vehículos y maquinaria que operan en los puertos.

Impulso de la sostenibilidad de los edificios e instalaciones del transporte

Línea que propone dos objetivos generales: por un lado, reducir el consumo de energía de terminales, talleres y superficies, y diversificar el origen de sus fuentes; y por otro, elevar los requisitos energéticos y ambientales en la nueva edificación para limitar sus impactos negativos en entornos urbanos y sobre la salud.

Para ello, se proponen dos programas para el modo ferroviario. El primero es la mejora de la eficiencia en estaciones, talleres y edificios de Adif y Renfe, cuyo consumo de energía para usos distintos a la tracción es de 344 GWh al año, con un coste superior a 35 M€. Con ese fin, se han iniciado ya actuaciones para cambiar los sistemas de iluminación a tecnología led –con ahorros de consumo del 40 al 60%– (19 M€, con plazo hasta 2030), renovar escaleras mecánicas y ascensores en estaciones de Renfe (107 M€, con plazo hasta 2023) y sustituir la tecnología de climatización por otra más eficiente y menos contaminante. El segundo programa es el uso de energías renovables en instalaciones ferroviarias, con varios proyectos en marcha para proporcionar energía limpia para el autoconsumo (módulos fotovoltaicos en cubiertas de estaciones, paneles solares térmicos, farolas fotovoltaicas en pasos a nivel, energía procedente del freno regenerativo y compra de energía verde, por importe de casi 12 M€).

Geoinformación e infraestructuras geoespaciales para la monitorización y la adaptación al cambio climático

Con esta línea, Fomento pone en valor la importancia de la información de la Tierra obtenida por la geoinformación y las infraestructuras geospaciales –cuyo uso para observar el planeta promueve a través del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y el Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG)–, que es clave para la toma de decisiones al más alto nivel sobre adaptación y resiliencia del sistema de movilidad a los efectos del cambio climático. En este campo son varias las políticas nacionales que lidera el Departamento, enmarcadas en el contexto europeo e internacional.

En este sentido, la geoinformación sobre la ocupación del suelo obtenida a partir de sistemas geoespaciales aporta datos precisos sobre el uso del suelo, sus cambios de uso y la selvicultura, que son básicos para el estudio de los sumideros de CO2 terrestre. Todos estos datos climáticos los recibe el Departamento, a través del IGN y el CNIG, en su triple condición de centro nacional de referencia de ocupación del suelo y planificación espacial dentro de la Red EIONET de la Agencia Europea de Medio Ambiente y de responsable del Sistema de Información sobre la Ocupación del Suelo e España (SIOSE) y del proyecto Corine Land Cover. A escala europea, esta información se monitoriza a través del programa Copérnico de observación de la Tierra, de cuyas actividades en España es responsable el IGN.

Estas tecnologías de información geoespacial son también una herramienta fundamental para el desarrollo sostenible y, por tanto, para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU, especialmente para la formulación de políticas y planes en materia de reducción del riesgo de desastres, entre ellas las relativas al objetivo de Acción contra el Clima, donde la información coordinada por el IGN es un dato fundamental.

Las infraestructuras geodésicas son otro elemento de apoyo para obtener datos climáticos. La red ERGNSS del IGN, por ejemplo, permite el cálculo de parámetros atmosféricos como el contenido de vapor de agua de la atmósfera, la ionosfera o estudios de variación del nivel medio del mar, cuya elevación es uno de los efectos del cambio climático; en este sentido, el IGN instalará una estación permanente GNSS en la Antártida, como parte de la red nacional y de la red global IGS, para estudiar las variaciones de la capa de nieve y del nivel del mar. Las redes de mareógrafos de IGN y de Puertos del Estado también monitorizan la variación del nivel del mar.

Estrategias para crear entornos más humanos y respetuosos con el medio

En este ámbito de actuación se incluyen las estrategias sobre vivienda y urbanismo que se llevan a cabo desde el Ministerio de Fomento y la Secretaría General de Vivienda en el ejercicio de sus competencias y que tienen un impacto sobre la sostenibilidad y la reducción de emisiones contaminantes en las ciudades.

   Una de las palancas para tender hacia ciudades más sostenibles es la Agenda Urbana Española, iniciativa aprobada en febrero de 2019, sintonizada con el marco internacional (Agendas 2030 de la ONU y Urbana de la UE), que promueve la sostenibilidad en las políticas de desarrollo urbano. Es una hoja de ruta que va a marcar la estrategia hasta 2030, con la colaboración de todos los actores, públicos y privados, que intervienen en las ciudades y que buscan un desarrollo sostenible, para que elaboren sus propios planes de acción. Varios líneas de esta Agenda facilitarán la transición hacia la ciudad baja en emisiones, entre ellos el urbanismo compacto (reduce las necesidades de movilidad), la eficiencia energética de la ciudad y la movilidad urbana (con el protagonismo de un transporte alternativo de bajas emisiones frente al vehículo privado, incluido el tren de Cercanías), según destacó el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Pedro Saura, durante la COP 25.

Otra palanca es el Plan Estatal de Vivienda, que, además de ampliar el acceso a la vivienda, establece como objetivo la mejora de la calidad de la edificación y de su eficiencia energética, elemento clave de la ciudad sostenible. Este Plan incluye un programa de fomento de la mejora de la eficiencia energética y la sostenibilidad en viviendas, que regula las ayudas para obras de este tipo tanto de viviendas unifamiliares y edificios de tipología residencia colectiva.

Para reducir el consumo energético e incorporar energías renovables que reduzcan emisiones de CO2 en la vivienda están en marcha otras iniciativas, como la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España (ERESEE) y la modificación del Código Técnico de la Edificación (CTE). Esta modificación pretende actualizar los requisitos mínimos de eficiencia energética, introducir mejoras en el interior de edificios para la protección frente a la exposición a gas radón (uno de los principales contaminantes de la calidad de aire interior) y limitar el riesgo de propagación de fuego que podría derivarse de la mayor exigencia reglamentaria en eficiencia energética. También es relevante la sostenibilidad medioambiental que exige la rehabilitación de inmuebles con valor patrimonial.

Finalmente, la estrategia apuesta por el uso de tecnologías de la información aplicadas a la movilidad urbana como medida para reducir las emisiones de CO2. Ejemplo de ello es la solución Cityneco de la consultora e ingeniería Ineco, plataforma inteligente para la gestión del tráfico que puede anticipar las condiciones futuras de la circulación y limitar o evitar las retenciones, reduciendo de esta forma la contaminación urbana.

Reglas internacionales

La aprobación de reglamentaciones internacionales más severas con el uso de combustibles fósiles en el transporte aéreo y marítimo es una variable que afectará favorablemente en un futuro cercano a España y, por tanto, al proceso de descarbonización que impulsa la estrategia de movilidad sostenible. En la definición de estas normas, que conciernen a dos grandes sectores del transporte mundial, han participado activamente organismos adscritos al Ministerio de Fomento.

En transporte aéreo, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa) ha contribuido desde la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) al desarrollo del acuerdo Corsia, plan de reducción de emisiones de CO2 para la aviación internacional que establecerá un límite de emisiones a partir de 2019-2020 y un mercado mundial de carbono para que las aerolíneas compensen sus desvíos con la compra de unidades de emisión. Este esquema será voluntario en 2021 y obligatorio a partir de 2026. Aesa también trabaja en la definición de medidas contra el cambio climático en un comité de la OACI y co-lidera un grupo de trabajo sobre combustibles sostenibles de aviación.

En transporte marítimo, la Dirección General de Marina Mercante ha tenido una participación relevante en el diseño de la Estrategia inicial sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero procedente de los buques de la Organización Marítima Internacional (OMI), aprobada en abril. Este documento propone por primera vez la reducción gradual de emisiones, hasta alcanzar al menos el 50% del total en 2050, y plantea su completa eliminación. Esta estrategia es el primer paso de una hoja de ruta que deberá llevar a una estrategia definitiva en 2023.

Fomento en la COP25

El Grupo Fomento ha jugado un papel activo en la cumbre, organizando jornadas, seminarios, exposiciones y otras actividades para mostrar su compromiso con los objetivos de la cita y difundir sus iniciativas contra el cambio climático. Son estas:

– El ministro en funciones, José Luis Ábalos, inauguró las jornadas Visión y Ambición del Día del Transporte (6 de diciembre) y Estrategia de Movilidad y Clima (día 12).

– Evento con presencia del secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Pedro Saura, y el secretario del Foro de Transporte de la OCDE (día 5).

– La Secretaría General de Vivienda organizó las jornadas Agenda Urbana y Cambio Climático (día 4) y Arquitectura y Ciudad (día 10), y el seminario Oportunidades para el desarrollo y la innovación en las áreas rurales: experiencias europeas (día 12).

– Participación de presidentes y directivos del Grupo Fomento en jornadas sectoriales.

– Organización en el Real Observatorio de Madrid de la mesa redonda ‘Copernicus Land. La mirada de Europa sobre el medio terrestre’ (día 10).

– Exposición ‘Fomentando la sostenibilidad de la Tierra’, en Nuevos Ministerios.

– Exposiciones fotográficas sobre el reto medioambiental: ‘Conciencia2’, selección de la colección Enaire de Arte Contemporáneo, y sobre Sebastiao Salgado.

– Participación en Castellana Verde, proyecto que ha hecho de este paseo un espacio para actividades relacionadas con la cumbre.