Sin acelerones pero sin pausa. Así, de forma sostenida, avanza la construcción del Corredor Mediterráneo, eje ferroviario estratégico para la movilidad que recorrerá el litoral español entre la frontera francesa y Algeciras. El Ministerio de Fomento destina importantes inversiones para transformar la heterogénea red de tramos de este eje en un corredor homogéneo, compartido por tráficos de pasajeros y mercancías e interoperable con las redes europeas en el horizonte de 2023. La configuración de este corredor norte-sur, con obras en marcha en todo su trazado, progresará en 2019 con la incorporación de casi 200 nuevos kilómetros.
En la planificación ferroviaria del Ministerio de Fomento, el Corredor Mediterráneo ocupa un lugar destacado. Este gran eje de comunicaciones español es el extremo meridional del Corredor Mediterráneo europeo, uno de los nueve grandes corredores que conformarán la Red Básica de las Redes Transeuropeas de Transporte (RTE-T), proyecto de la Comisión Europea para mejorar la movilidad de personas y mercancías en el espacio comunitario hacia 2030. Como aportación a este proyecto, España desarrolla en el oeste peninsular el Corredor Atlántico y en la mitad este el Corredor Mediterráneo, formado a su vez por dos ramas (litoral y central), que tiene como objeto crear un eje norte-sur de gran capacidad en ancho estándar (1.435 mm), en sustitución del ancho ibérico (1.688 mm) que lastra las conexiones transpirenaicas, y propiciar una comunicación ferroviaria fluida con Europa. Su financiación procede del presupuesto de Fomento y del programa comunitario Connecting Europe Facility (CEF).
Locomotora en Tarragona. 
Junto a la dimensión europea, el Corredor Mediterráneo es un proyecto disruptivo que contrarresta la radialidad de la red española, con origen en Madrid, mediante un nuevo eje que, en su rama litoral, recorrerá la costa mediterránea entre la frontera francesa y Algeciras a lo largo de 1.300 kilómetros. Este eje conecta cuatro comunidades autónomas (Cataluña, País Valenciano, Región de Murcia y Andalucía), que concentran el 44% del PIB nacional y casi la mitad de la población española, generando el 60% del tráfico terrestre de mercancías. En su itinerario se sitúan cuatro de las 10 áreas metropolitanas más pobladas (Barcelona, Valencia, Alicante-Elche y Murcia-Cartagena), importantes puertos (Barcelona, Tarragona, Valencia, Cartagena y Bahía de Algeciras) y aeropuertos (Barcelona, Valencia y Alicante), así como terminales logísticas y grandes industrias. Todo ello define un corredor básico para el transporte nacional e internacional, decisivo para la vertebración territorial española y con un enorme potencial para las exportaciones, tanto hacia Europa por ferrocarril como hacia Asia a través de los puertos. En definitiva, un proyecto estratégico de país.
En la planificación ferroviaria del Ministerio de Fomento, el Corredor Mediterráneo ocupa un lugar destacado. Este gran eje de comunicaciones español es el extremo meridional del Corredor Mediterráneo europeo, uno de los nueve grandes corredores que conformarán la Red Básica de las Redes Transeuropeas de Transporte (RTE-T), proyecto de la Comisión Europea para mejorar la movilidad de personas y mercancías en el espacio comunitario hacia 2030. Como aportación a este proyecto, España desarrolla en el oeste peninsular el Corredor Atlántico y en la mitad este el Corredor Mediterráneo, formado a su vez por dos ramas (litoral y central), que tiene como objeto crear un eje norte-sur de gran capacidad en ancho estándar (1.435 mm), en sustitución del ancho ibérico (1.688 mm) que lastra las conexiones transpirenaicas, y propiciar una comunicación ferroviaria fluida con Europa. Su financiación procede del presupuesto de Fomento y del programa comunitario Connecting Europe Facility (CEF).
Junto a la dimensión europea, el Corredor Mediterráneo es un proyecto disruptivo que contrarresta la radialidad de la red española, con origen en Madrid, mediante un nuevo eje que, en su rama litoral, recorrerá la costa mediterránea entre la frontera francesa y Algeciras a lo largo de 1.300 kilómetros. Este eje conecta cuatro comunidades autónomas (Cataluña, País Valenciano, Región de Murcia y Andalucía), que concentran el 44% del PIB nacional y casi la mitad de la población española, generando el 60% del tráfico terrestre de mercancías. En su itinerario se sitúan cuatro de las 10 áreas metropolitanas más pobladas (Barcelona, Valencia, Alicante-Elche y Murcia-Cartagena), importantes puertos (Barcelona, Tarragona, Valencia, Cartagena y Bahía de Algeciras) y aeropuertos (Barcelona, Valencia y Alicante), así como terminales logísticas y grandes industrias. Todo ello define un corredor básico para el transporte nacional e internacional, decisivo para la vertebración territorial española y con un enorme potencial para las exportaciones, tanto hacia Europa por ferrocarril como hacia Asia a través de los puertos. En definitiva, un proyecto estratégico de país.
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Estado actual y objetivos

La rama litoral de este corredor, menos desarrollada que la central, está formada por una red de líneas en servicio muy heterogénea en cuanto a número de vías (4, 2 o 1), ancho (ibérico o estándar), sistemas de electrificación y señalización, tráficos (mercancías, pasajeros y mixtos) o velocidades, y presenta continuidad entre Cataluña y la Región de Murcia pero se interrumpe entre Murcia y Almería, donde no existe línea férrea. El objetivo es transformar este dispar conjunto en un corredor homogéneo que permita la circulación rápida y compartida de trenes de pasajeros y mercancías en el mismo ancho de vía estándar desde los Pirineos hasta Algeciras y su interoperabilidad con las redes europeas, sin necesidad de cambiar el ancho de ejes en la frontera. Este corredor persigue dos fines: por un lado, aumentar el tráfico de pasajeros mediante la reducción de los tiempos de viaje entre ciudades (incluyendo Alta Velocidad, Larga y Media Distancia, además de Cercanías); y por otro, elevar la cuota del transporte ferroviario de mercancías mediante una infraestructura de gran capacidad y homologable a la europea, conectada con puertos, centros logísticos y factorías, que sea atractiva y rentable para las empresas frente a la carretera. En suma, mejorar la movilidad de personas y mercancías en el extremo suroeste del espacio comunitario.

   Para llevar a cabo esta transformación, el Ministerio de Fomento y Adif desarrollan actuaciones simultáneas en todos los eslabones de la rama litoral, dividida en 11 tramos que se encuentran en servicio, en obras o en proyecto, y que se irán abriendo al tráfico en fases sucesivas, avanzando desde el norte hacia el sur. Estas actuaciones se realizan tanto en la red de alta velocidad (tramos Tarragona-Vandellós, Monforte del Cid-Murcia y Antequera-Granada, en pruebas, y tramos Valencia-Xátiva-La Encina y Murcia-Almería, en obras) como en la red convencional (implantación del ancho mixto en los tramos Castellbisbal-Vilaseca, Castellón-Valencia y Algeciras-Bobadilla, con licitaciones previstas para Vandellós-Castellón, Castellón-Valencia, Valencia-La Encina, La Encina-Alicante, Murcia-Cartagena y Almería-Granada). Paralelamente se desarrollan actuaciones de conexión del Corredor con puertos, centros logísticos y factorías, y de modernización de instalaciones, así como obras urbanas (estación de La Sagrera en Barcelona). Esta labor se completa con estudios informativos en curso para un segunda plataforma de tramos próximos a su saturación (Valencia-Castellón) o para operaciones de integración urbana (Valencia, Murcia, Granada).

  Según datos de Adif, el presupuesto global de todas las actuaciones previstas para la construcción de la rama litoral del Corredor en su actual configuración asciende a 23.363 M€, de los cuales se han ejecutado, a 31 de diciembre de 2018, un total de 14.439,3 M€, es decir, casi el 62% del total. El Ministerio de Fomento ha fijado para estas inversiones dos metas temporales consecutivas: en primer lugar, disponer de un corredor continuo en ancho estándar desde la frontera francesa hasta Murcia (conectando siete capitales de provincia) con los trabajos acabados en el horizonte de 2021 y, en segundo lugar, propiciar la continuidad en ancho estándar desde los Pirineos hasta Algeciras en el año 2023 (pasando por Almería, Granada y Antequera). Son horizontes temporales que cumplen con los plazos fijados por la Comisión Europea para el desarrollo de todo el Corredor Mediterráneo europeo.    Seguidamente se detallan las principales actuaciones en marcha en el Corredor Mediterráneo, rama litoral, en las cuatro comunidades autónomas que atraviesa, según datos de Adif. Los porcentajes de ejecución están cerrados a 31 de diciembre de 2018.

CATALUÑA

En esta comunidad, extremo norte del eje español, el Corredor presenta un grado de madurez elevado: de sus cuatro tramos, uno está operativo, otro en pruebas, un tercero en obras y el cuarto, aún no licitado, requiere una obra de escasa duración. El tramo en servicio es el Frontera Francesa-Girona-Barcelona (131 km), parte final de la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona y puerta de entrada a Europa en ancho estándar a través de la sección transfronteriza Figueres-Perpiñán (incluye el túnel pirenaico de Perthus), que es compartida por las ramas litoral y central del Corredor. Este tramo permite la circulación de servicios comerciales de pasajeros entre España y Francia desde 2013; previamente, en diciembre de 2010, se estrenaron los servicios internacionales de mercancías desde el puerto de Barcelona a través del túnel de Perthus mediante la conjunción de tramos de la línea de alta velocidad y tramos con tercer carril de la línea convencional Barcelona-Port Bou, que también llega en ancho ibérico hasta la frontera. Dentro de este tramo se ejecutan las obras de la estación de La Sagrera, futuro gran centro intermodal de Barcelona.

Al suroeste de Barcelona se sitúa el siguiente tramo del Corredor, Castellbisbal-Vilaseca (98,5 km), formado por una doble vía de ancho ibérico parcialmente encuadrada en la línea 4 de Rodalíes, donde se está implantando el tercer carril y se realizan obras en catenaria e instalaciones de seguridad para el funcionamiento del ancho mixto; con ello se habilitará el tráfico de mercancías en ancho estándar, compatibilizándolo con tráficos en ancho ibérico. Actualmente se están sustituyendo las traviesas, se adecúa la catenaria y se realizan obras en vías y andenes de estaciones en dos de los tres subtramos (Martorell-Sant Vicent de Calders y Sant Vicent-Vila Seca), todo ello en horario nocturno para no afectar al servicio; la obra del tercer subtramo (Castellbisbal-Martorell) se ha adjudicado el pasado febrero. El tramo, con un presupuesto de 367,6 M€ y ejecutado al 24%, se finalizará en el horizonte de 2021.

Entre Tarragona y Vandellós se ha terminado y está en fase de pruebas el tercer tramo “catalán”, una variante de vía doble y ancho estándar de 35,3 kilómetros en ancho ibérico desde Vandellós hasta Vilaseca (donde se sitúan los cambiadores de ancho de La Boella) y de 11,5 kilómetros en ancho estándar desde los cambiadores hasta la conexión con la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona. Cuando entre en servicio, eliminará el cuello de botella que supone la vía única en ancho ibérico a lo largo de la costa tarraconense, que se clausurará, evitando con ello el paso por los núcleos de Salou, Cambrils, L’Hospitalet de L’Infant y Mont-roig. Su apertura, además reducirá del orden de 30 minutos el viaje Barcelona-Valencia. La variante incluye dos nuevas estaciones (Cambrils y L’Hospitalet de L’Infant), un viaducto de 3.485 metros y dos cambiadores de ancho. En una primera fase se han montado traviesas polivalentes, pero en una segunda fase, cuando entren en servicio los tramos contiguos en ancho estándar (tercer hilo entre Vilaseca y Castellbisbal, segunda vía con tercer carril en el tramo Valencia-Castellón y cambio a ancho estándar en el tramo Castellón-Vandellós), se migrará al ancho estándar en su totalidad. La variante, con un presupuesto de 685,5 M€ y un grado de ejecución del 96,3%, entrará en servicio en su primera fase a corto plazo.

El último tramo del Corredor en Cataluña, Vandellós-Castellón (147,1 km, discurre en parte por la provincia de Castellón), está formado por una doble vía en ancho ibérico que discurre en paralelo a la costa. En ese tramo, equipado con traviesas polivalentes a finales de los 90, Adif proyecta un cambio de ancho sobre la plataforma existente; previamente se adecuará el armamento de vía a elementos polivalentes (traviesas y desvíos) que facilitarán las operaciones de cambio de ancho, y también se acondicionarán los trayectos para permitir cruces de trenes de 750 metros. La operación de cambio del ancho ibérico al estándar, que se prolongará durante al menos tres meses para cada vía, no se podrá realizar hasta que estén operativos en este ancho los tramos adyacentes. La previsión de Adif es licitar este tramo en la primera mitad de 2019. La inversión asciende a 210,2 M€ y se ha ejecutado ya el 30%. El plazo de finalización de los trabajos es el horizonte 2021, supeditado a la apertura de los tramos adyacentes.

COMUNIDAD VALENCIANA

En esta comunidad, siguiente eslabón de la cadena que entrará en servicio, el Corredor se divide en los tramos Castellón-Valencia, Valencia-Xátiva-La Encina, La Encina-Alicante y Monforte del Cid-Murcia (parcialmente), en los que se han completado algunas actuaciones y existen otras en marcha o previstas. En enero de 2018 entró en servicio entre Castellón y Valencia (75,3 km) la primera fase de la implantación del tercer carril en una de las vías de la línea convencional Valencia-Castellón (vía lado montaña desde Valencia a Sagunto y vía lado mar entre Sagunto y Castellón) y su adaptación a la circulación en ancho mixto, lo que permite compatibilizar el intenso tráfico en ancho ibérico de trenes de Larga Distancia, Cercanías y mercancías con el servicio AVE en ancho estándar entre Madrid y Castellón. En una segunda fase, Adif está llevando a cabo el montaje del tercer carril en la segunda vía (vía lado mar entre Valencia y Sagunto y vía lado montaña entre Sagunto y Castellón), de forma que las dos vías de todo el tramo dispondrán de tercer carril. La inversión prevista en ambas fases se eleva a 354,9 M€. En Valencia, además, están en marcha actuaciones para conectar el Corredor al puerto, el primero en tráfico de contenedores de España, y hay previstas otras actuaciones de integración urbana para mejorar la funcionalidad del Corredor.

Valencia-Xátiva-La Encina (106,3 km, incluidos los ramales de conexión a las líneas de alta velocidad Madrid-Valencia y Madrid-Alicante, en servicio) es el segundo tramo del Corredor en territorio valenciano y es importante para la movilidad regional porque propiciará la inédita conexión en alta velocidad entre Valencia y Alicante, las dos principales urbes de esta comunidad. Este tramo, que incluirá plataformas separadas para pasajeros y mercancías, presenta dos subtramos diferenciados. Entre La Encina y Xátiva (40 km), que tiene en servicio una doble vía en ancho ibérico con traviesas polivalentes, la previsión es cambiar ambas vías al ancho estándar y destinar a los tráficos de ancho ibérico una única vía en la nueva plataforma para vía doble construida en el mismo corredor. En este subtramo está terminada y en pruebas la vía única electrificada entre Mogente y L’Alcudia de Crespins (17,5 km) y en fase de redacción el proyecto de montaje de vía y electrificación entre La Encina y Mogente (18,8 km) y en el Nudo de La Encina (3 km). En el segundo subtramo, Valencia-Xátiva (60 km), está en servicio una vía doble en ancho ibérico y se ha finalizado la construcción de una doble vía sobre una nueva plataforma para ancho estándar, estando muy avanzados los trabajos de electrificación y pendientes de adjudicar los sistemas de seguridad. En el tramo Valencia-Xátiva-La Encina se ha ejecutado el 82% de los 1.464,3 M€ de inversión presupuestada. El final de la obra está previsto en el horizonte 2021.

El tercer tramo del Corredor en esta comunidad, La Encina-Alicante (72,5 km), está en servicio desde 2013 en doble vía de ancho estándar como parte de la línea de alta velocidad Madrid-Alicante. En paralelo, Adif ha previsto la implantación de un tercer carril para trenes de mercancías en la vía convencional existente desde el Nudo de la Encina hasta Alicante, lo que incluirá la modificación de la electrificación a una nueva en corriente alterna a 25 KV, así como la modificación de instalaciones. La inversión en esta obra será de 160 M€. Por último, el cuarto tramo, Monforte del Cid-Murcia, a caballo de las comunidades valenciana y murciana, se desarrolla a continuación.

REGIÓN DE MURCIA

En la planificación actual, esta comunidad es el eslabón final para finalizar en 2021 los trabajos de un corredor continuo en ancho estándar hasta su extremo norte, en la frontera francesa. También es un territorio clave para la extensión del corredor, por primera vez, hacia el sur. En esa doble condición, el Ministerio de Fomento y Adif desarrollan hoy varias actuaciones orientadas a esos dos objetivos, que tienen grados de desarrollo y plazos temporales diferentes. Así, existen obras en fase final de ejecución y de próxima puesta en servicio, estudios en desarrollo, obras de integración urbana en marcha y la construcción de una línea de alta velocidad que enlazará Murcia y Almería.

En la parte norte de la comunidad se sitúa parcialmente el tramo Monforte del Cid-Murcia (65 km), construido en el marco de la línea de alta velocidad Madrid-Castilla La Mancha-Comunidad Valenciana-Región de Murcia, que permitirá la incorporación en ancho estándar de Murcia al Corredor Mediterráneo. En una primera fase, Adif ha dispuesto una doble vía en ancho estándar entre Monforte del Cid y Callosa del Segura, una vía única en ancho estándar entre Callosa del Segura y los Accesos a Murcia y una vía única con traviesas de ancho mixto en los Accesos a Murcia (fase provisional previa al soterramiento en la que actualmente está en servicio únicamente el ancho ibérico) que transcurre en un pasillo paralelo a la traza definitiva. El grado de ejecución de este tramo es muy avanzado: las fases de plataforma, vía, electrificación y subestación de energía y los trabajos de telecomunicaciones y seguridad están finalizados y en fase de pruebas en todo el trazado hasta la zona de El Reguerón y los Accesos a Murcia; también está terminada la estación de Elche-Matola. Estas actuaciones están planificadas para la puesta en servicio del tramo hasta Elche y Orihuela en el próximo verano. Al final del tramo está en plena ejecución la obra de los Accesos a Murcia, que en una primera fase incluye la puesta en servicio de una vía provisional hasta la estación de El Carmen para trenes de Cercanías, mercancías y Larga Distancia. La inversión en las actuaciones de todo el tramo asciende a 1.422 M€ y se ha ejecutado casi el 95%.

Pie de foto

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Por otro lado, se ha iniciado ya la redacción de los primeros proyectos para la conexión en ancho estándar entre Murcia y Cartagena (50,4 km), línea imprescindible para conectar la ciudad y las dársenas de Escombreras al Corredor Mediterráneo. Esta actuación comprenderá la implantación del tercer carril en la vía única existente entre El Reguerón y Riquelme, así como una nueva doble vía en ancho estándar entre Riquelme y Cartagena (27 km). En este último tramo se ha diseñado un esquema de dos vías en ancho estándar sobre una nueva plataforma para el tráfico de Larga y Media Distancia, manteniendo el tráfico de mercancías y viajeros en ancho ibérico en la vía actual, que no se afecta. La inversión presupuestada para esta actuación es de 112,6 M€.

Desde Murcia hacia el sur está en ejecución el tercer tramo “murciano” del Corredor, que también discurre por territorio andaluz. Se trata de la nueva línea de alta velocidad Murcia-Almería (200 km), infraestructura relanzada en 2018 que conectará el Corredor con Andalucía. En esta línea, que cruza terrenos orográficamente complejos y que tiene terminados algunos tramos discontinuos, Adif ha dispuesto el montaje de doble vía entre Murcia y Pulpí y vía única desde Pulpí hasta Almería, con aprovechamiento de los tramos de plataforma para vía doble ya concluidos. En el trayecto Los Arejos-Níjar se ejecutará el tramo inicial en plataforma para doble vía para tener junto a los tramos ya construidos un total de 40 kilómetros continuados de vía doble, necesarios para el adelantamiento dinámico de trenes. En este tramo está finalizada la principal obra de ingeniería de la línea, el túnel de Sorbas, el de mayor longitud de Andalucía (7,5 km).

De los 19 segmentos en que se divide la línea, están terminados tres tramos entre Murcia y Vera y concluida la obra de plataforma en otros cuatro entre Vera y Los Arejos. En el resto, hay un tramo en ejecución (integración en El Puche), dos están adjudicados, cuatro en fase de adjudicación, dos en fase de licitación, uno pendiente de licitación y tres más pendientes de la redacción del proyecto. Tres de estos tramos contemplan la integración urbana del ferrocarril en Murcia, Almería y Lorca. El proyecto de Murcia prevé el soterramiento del pasillo ferroviario urbano en las zonas de Barriomar y Nonduermas hasta la estación de El Carmen, que también se soterrará. La inversión total en la nueva línea asciende a 3.705,1 M€ (ejecutado el 22%) y el horizonte de finalización es 2023.

ANDALUCÍA

Esta comunidad es el extremo más meridional del Corredor e incluye al final (o principio) del trazado al puerto Bahía de Algeciras, el más importante del sistema portuario español y estratégico para las exportaciones. El trazado se desarrolla de este a oeste a lo largo de casi 480 kilómetros pasando por las provincias de Almería, Granada, Málaga y Cádiz. El Corredor aprovechará la infraestructura adaptada de las líneas Almería-Granada y Algeciras-Bobadilla e incluirá en su tramo central la nueva línea de alta velocidad Antequera-Granada. El tramo andaluz del Corredor será el último en finalizar los trabajos, en el horizonte de 2023.      

   De este a oeste, el primer tramo plenamente andaluz del Corredor será la línea Almería-Granada (180 km), actualmente formada por una vía única en ancho ibérico sin electrificar. En esta línea, donde actualmente se desarrollan obras de mantenimiento, está previsto ejecutar distintas actuaciones en los trayectos Granada-Moreda y Moreda-Almería para mejorar los tiempos de viaje. De cara a su integración en el Corredor, la planificación de Fomento contempla la renovación integral de la línea, con cambio del ancho de vía, nueva electrificación e instalaciones ferroviarias para propiciar la circulación de trenes de mercancías en ancho estándar, así como un cambiador de ancho que permitirá reducir en más de una hora el viaje entre Almería y Madrid. La inversión estimada en esta renovación es de 367 M€, con plazo de finalización en 2023.

 

   Más cercana a la operatividad está el tramo contiguo del Corredor, la línea de alta velocidad Granada-Antequera (122 km), ya concluida y actualmente en fase de pruebas antes de su entrada en servicio. En esta línea de ancho estándar, apta para velocidades de 300 km/h, se ha dispuesto doble vía entre Antequera y Archidona y vía única desde Archidona a Granada, y se aprovechará la línea convencional a su paso por Loja, para lo cual se ha instalado el tercer carril en un tramo de unos 27 kilómetros. En el trazado se ha renovado la estación de Granada para su adaptación a la llegada de la alta velocidad y se está ejecutando otra estación de Antequera, que acogerá tanto la alta velocidad como la línea convencional. La inversión prevista en la línea es de 1.644 M€.    

   El tramo final del Corredor en Andalucía es la línea Bobadilla-Algeciras (176 km), que también forma parte del Corredor Atlántico de las Redes Transeuropeas de Transporte. Esta línea dispone de vía única no electrificada y sobre la misma se están ejecutando diversas obras de renovación y mejora de la superestructura, así como en las instalaciones, que estarán finalizadas en el segundo trimestre de este año. Para adaptar la infraestructura a los trenes de mercancías de ancho estándar hasta el puerto de Algeciras, el Ministerio de Fomento tiene previsto llevar a cabo una renovación integral de la línea que incluirá la implantación del tercer hilo y la electrificación a 2×25 kV de corriente alterna, con plazos de finalización fijados en 2020 y en 2021 respectivamente. La inversión prevista es de 350,4 M€, de los cuales se ha ejecutado hasta ahora el 18%.

Proyectos tipo en el Corredor

La configuración del Corredor Mediterráneo, rama litoral, comprende actuaciones –básicamente la construcción de nuevas líneas de alta velocidad y la adaptación de líneas convencionales existentes– que lo convierten en un proyecto singular en el sistema ferroviario español. Su objetivo es convertir la actual amalgama de tramos en ancho ibérico (1.688 mm) en un corredor continuo de ancho estándar (1.435 mm) que permita la integración de trenes de pasajeros y mercancías en todo el trazado, así como su homologación e interoperabilidad con las redes europeas. Para ello, sobre la red convencional existente se desarrollan estos proyectos tipo:

Ancho de vía mixto (tercer carril). Solución técnicamente compleja que permite, mediante la implantación de un tercer carril o hilo, la circulación de trenes en ancho estándar e ibérico sobre una misma plataforma. Esta solución, hasta ahora limitada a tramos pequeños, se aplica en el Corredor a tramos de mayor longitud y tráfico.      

Cambio de ancho. Consiste en la transformación del ancho de vía ibérico al ancho estándar mediante una operación en las sujeciones de las traviesas polivalentes montadas en la vía. Esta solución, introducida en los años 90, se ha extendido a varios tramos de la red española, que tiene instaladas más de 7,7 millones de traviesas polivalentes. También se han dispuesto en el Corredor algunos cambiadores de ancho para trenes (La Boella, Granada), que mejoran el aprovechamiento de la explotación conjunta de las redes de alta velocidad y convencional.

Adaptación de instalaciones ferroviarias. Las vías dotadas con ancho mixto requieren la adaptación previa, entre otros, de la electrificación existente, la seguridad y señalización y, en su caso, una nueva electrificación.

Adaptación de apartaderos para trenes de 750 metros de longitud (en sustitución de los existentes, de 450 metros) y homogeneización al estándar europeo del gálibo de túneles y puentes.